Errores más frecuentes

Algunos de los errores de evaluación más comunes se originan en sesgos del evaluador al juzgar a sus subordinados. Los más corrientes son:

 

1° EFECTO HALO

 

Se denomina así a la tendencia que tienen los evaluadores de dejarse impresionar por la baja o alta evaluación de un individuo en un factor o aspecto parcial de su conducta, de modo que extienden este juicio a la generalidad de los factores o a su conducta total. Este defecto es ciertamente común entre los calificadores y se acentúa cuando los evaluadores deben evaluar a sus amigos. Puede mitigarse su efecto si el calificador evalúa a cada una de las personas sobre un factor, en lugar de evaluar a una sola persona en todos los factores, antes de calificar el siguiente.

 

2° ESTÁNDARES DE EVALUACIÓN

 

Este problema surge debido a las interpretaciones diferentes que cada Evaluador otorga a las palabras que se utilizan como medidas de desempeño. Así, los términos siempre, casi siempre, a veces, rara vez, nunca, pueden tener significados diferentes para distintos evaluadores. Se puede minimizar acordando el sentido de estos conceptos al interior de cada unidad.

 

3° TENDENCIA CENTRAL

 

Es la tendencia de apegarse a un camino intermedio y evaluar la mayor parte de los aspectos de la persona, en el punto medio de la escala del instrumento de medición. Es uno de los errores más corrientes que comete el Evaluador, de esta manera, evita el conflicto con su conciencia, cuando tiene dudas respecto de la calificación de su personal, no posee la información adecuada sobre él, o cuando en el proceso evaluativo está poniendo muy poco esfuerzo y atención. En definitiva, constituye una posición que adoptan muchos calificadores, al asignar sistemáticamente sólo los grados intermedios, de modo que, todo su personal queda evaluado dentro de un rango estrecho, no comprometiendo en demasía su juicio al establecer sólo mínimas diferencias entre sus calificados.

 

4° COMPORTAMIENTO RECIENTE

 

Una dificultad que se presenta con la mayoría de los sistemas de evaluación, es la determinación del período que abarcará la calificación del desempeño de los trabajadores. Precisar esta variable reviste especial importancia debido a la característica natural del ser humano de mantener presente los hechos de último momento y olvidar aquellos del pasado. Un registro cuidadoso de acontecimientos críticos durante el año, puede servir para disminuir este efecto o hacerlo desaparecer.

Algunos trabajadores que conocen la existencia de este fenómeno, tienden a realizar su desempeño más eficiente, cuando se avecina la fecha de iniciar las evaluaciones.

 

5° MEDIR LA IMPORTANCIA DEL CARGO Y NO EL DESEMPEÑO

 

Muchos Evaluadores tienden a reflejar en las evaluaciones la importancia del cargo y no cómo la persona desempeña las tareas del cargo. Es decir, si un individuo desempeña una función más importante que otro, tiende a ser beneficiado en la evaluación. Suele ser un error frecuente cuando no se tiene claro cuáles son los objetivos que se persiguen con una evaluación del desempeño o cuando no se tienen claros los conceptos de evaluación de cargo y Evaluación del Desempeño.

 

6° PREJUICIO PERSONAL

 

Cuando el Evaluador sostiene a priori una opinión personal, anterior a la evaluación, basada en estereotipos. Esta tendencia, a favorecer o desfavorecer al individuo que se evalúa, normalmente se fundamenta en rasgos tales como: la edad del calificado, sexo, religión, nacionalidad, antigüedad, apariencia física, etc.

 

7° LENIDAD

 

Tendencia a evitar la asignación de calificaciones bajas en algún factor o al valor de la conducta total del trabajador. A los que presentan esta disposición se les denomina "jueces blandos" y se caracterizan por utilizar solamente la parte alta de la escala evaluadora. Esto, puede ocurrir debido a timidez, falta de asertividad del Evaluador o poca claridad respecto a los objetivos del cargo, de la unidad, o del proceso de evaluación. El ser "blando", no siempre es bien apreciado por quien es evaluado.

 

8° RIGOR

 

Tendencia a minimizar la importancia de cualquier aspecto de desempeño del trabajador. Se les denomina corrientemente "jueces duros o estrictos", se destacan por utilizar sólo la parte más baja de la escala evaluativa. Es el contrario de lo anterior, y se debe a estándares demasiado exigentes, o poco realistas o la creencia de que ser "duro" es la mejor forma de manejar el personal.

 

9° EXTREMISMO

 

Algunos Evaluadores caen con frecuencia en este tipo de error. Se trata de individuos para los cuales no existen los términos medios, las demás personas son brillantes o incapaces, flojos o empeñosos, etc., es decir, catalogan a las personas en los puntos extremos de cualquier escala. La evaluación del comportamiento de las personas requiere, de parte del observador, un equilibrio de sus juicios y de sus criterios de evaluación.

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